Tengo un jardín escondido,
esta en la mitad del pueblo
y observa a la gente pasar.
Es un jardín muy especial
que resiste al tiempo
a pesar del frío temporal.
Todos pasan pero nadie mira,
no conocen la forma del mundo
y se limitan tanto como quieren.
Pocos disfrutamos del jardín
y aunque el ruido lo disimule
es una fracción del edén.
Las personas siempre son así,
no ven la belleza del lugar
aunque vivan con ella al lado.
Dejan pasar todo como si nada,
nunca entienden el porque
del que no disfruten vivir.
El jardín, la ciudad, todo,
es tan lindo que parece el cielo,
tan perfecto que asusta
e impide que el hombre vea
mas allá del horizonte de la imaginación,
donde duerme Dios.
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