martes, 8 de enero de 2008

Belén

Piel de porcelana blanca
me miras desde lejos
y yo solo pienso, en ti,
en tus besos de miel.

Ausencia marcada,
esperando la hora de llegar,
la hora de verte reír,
y que a mi lado seas feliz.

Belén, tu nombre,
lo recuerda el viento
en cada brisa de verano
que llega hasta mi oído.

El mundo conspira
para que estemos juntos,
pero debemos luchar contra
el miedo a la felicidad.

El paisaje de tu cuerpo
me lleva a un edén prohibido,
a un instante tierno y bello
que nunca antes había vivido.

Belén, eres el don de dios,
la belleza, la fuerza, la pasión,
no eres mas que una dulce niña
en la extensa piel de una mujer.

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