Dejame que te asesine,
que poco a poco fluya la sangre
y así encuentre algo de paz.
Al fin y al cabo las cosas no fueron
todo aquello que alguna vez soñamos.
Dejame que disfrute esta noche,
que el placer invada a mi ser
de la forma mas sádica posible.
Al fin y al cabo somos dos cuerpos
y no encontramos consuelo en ellos.
Dejame ser culpable de todo,
tener en mi mente un plan maestro
y dejar fluir de nuevo el silencio.
Al fin y al cabo yo también muero
sin tu voz, sin tu aroma, sin tu cuerpo.
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